El Flamenco es una expresión artística que nace en Andalucía para ser universal, heredera del mestizaje de las culturas que han sedimentado esta tierra y compartido el aire que respiramos: la andalusí (musulmana, cristiano-mozárabe y judeo-sefardí), la morisca, la castellana, la gitana (que llega a la península en el siglo XV), la negra y la americana. Tan andaluza y universal que se canta en andaluz en cualquier confín de la tierra. Su origen popular, voz del pueblo más humilde y marginado, explica que no existiera documentación precisa de su existencia hasta el siglo XVIII, cristalizando tal como hoy lo conocemos en el siglo XIX cuando se populariza en los teatros y cafés cantantes.
A partir de entonces, el Flamenco evoluciona con la profesionalización de los cantaores y cantaoras, más la incorporación del baile y la guitarra. El Concurso de Cante Jondo de Granada en 1922, organizado por Federico García Lorca y Manuel de Falla, dignifica el Flamenco y a sus artistas. Será en el último cuarto del siglo XX cuando el Flamenco cruce todas las fronteras hasta su reconocimiento en 2010 por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
PALOS DEL FLAMENCO